Pues aquí andamos de nuevo, recorriendo caminos inhóspitos llenos de cosas que contar.
Aquí podemos ver a Noe y Elena paseando tranquilamente por el camino que nos llevaría hasta "Poblet", un encantador pueblecito de la provincia de Tarragona que tiene uno de los monasterios de los monjes del Cister
Si quieres saber más, pincha aquí.
El camino era duro y teníamos que parar de tanto en tanto para poder reponer las fuerzas y poder continuar con la marcha.
Una vez encontramos sombra. Ahora parecían volver las caras divertidas con ganas de inmortalizar la escapada.
El monasterio de Poblet visto desde el camino.
Poco tiempo pasó hasta poder encontrarnos algunos indicios religiosos (como no podía ser de otra manera)
Mientras hacía unas cuantas fotos de la (trilogía de las vígenes) anteriores, Noe intentaba ponernos en el buen camino.
Entrada principal. Un mundo de formas, de tradiciones y de símbolos, siempre flanqueada por unos hermosos jardines llenos de vida
Eli y Neus disfrutaron del camino...
Poco tiempo pasó hasta poder encontrarnos algunos indicios religiosos (como no podía ser de otra manera)
Mientras hacía unas cuantas fotos de la (trilogía de las vígenes) anteriores, Noe intentaba ponernos en el buen camino.
La vida eterna es fuente inagotable que riega el paraíso y alegra la ciudad de Dios. (San Bernet)
Otra fuente curiosa, los caños parecían ser unas cabezas de dragones. (no hay datos)
Llegamos a Poblet cuando pudimos ver que todo el pueblo estaba rodeado de una hermosa muralla de piedra
Una pequeña capilla donde pudimos comer en un césped espléndido y una sombra donde cobijarnos.
Entrada principal. Un mundo de formas, de tradiciones y de símbolos, siempre flanqueada por unos hermosos jardines llenos de vida
Sin duda, lo más sorprendente del monasterio son las tumbas de los reyes que hacían grandes donaciones para la hermandad.
Aquí nos encontramos todos reunidos en el altillo del claustro (donde nos encontramos con el cura)
Curiosamente y como no podía ser de otra manera, en todo encuentro con las paredes de lo religioso, encontramos símbolos y enigmas que se encuentran por todas partes. Eso si, desvelarlos como en esta ocasión, no era cosa de "pipiolos",jejeje. En esta baranda nos encontramos con una especie de dragón con la cabeza más bien parecida a un diablo cogiendo con una mano una esfera que parece representar el mundo y de la otra, una serpiente como símbolo maligno ( creemos entender, que lo que representa, es que el mundo está obnubilado por el pecado, cegados por el diablo) No hay más que mirarnos dentro, jejejje.
